viernes, 29 de junio de 2018

How the art made the world? - Capítulo 3. El arte de la persuación






Durante el curso se ha visto el impacto que tienen las imágenes dentro de la sociedad, porque de todo lo que vemos nos genera una opinión sobre sí mismo, sea cosa o persona. Sin embargo, es más complicado cuando no sabemos interpretar imagen que puede estar incluso relacionada con algo más.

El documental es un resumen de cómo la se han desarrollado y aplicando estrategias de manipulación de la imagen en pro del beneficio político de quién hace uso de éstas.


Los líderes de la mayoría de los países modernos explotan una poderosa herramienta política: el poder de las imágenes. Estas técnicas, fueron inventadas hace miles de años por los líderes del Mundo Antiguo.
Pero ¿cómo los políticos realmente usan las imágenes para persuadirnos, a menudo sin que nosotros lo sepamos? ¿Cómo lo hicieron hace miles de años? Una antigua tumba cerca de Stonehenge reveló a un hombre importante enterrado con adornos de oro hermosamente hechos a mano, probablemente los únicos objetos de oro en Gran Bretaña en ese momento. Este oro, tan increíblemente raro, habría deslumbrado a los lugareños, creando la imagen de un líder. Así que claramente se aprendió al principio de la historia humana que el arte como adorno personal mejoraba su estado. En otras partes del mundo antiguo, sin embargo, muchos líderes tenían vastos imperios con muchas personas, conquistas diferentes para gobernar, situación en la que poseer joyas finas no era suficiente para transmitir su mensaje real.

A Darío el Grande, rey de los persas, se le ocurrió el primer logotipo político de arte, y luego Alejandro Magno amplió el concepto imprimiendo su rostro en las monedas que inundaron su imperio. Augusto de Roma, cuarenta años antes de Cristo, inventó la primera mentira política al crear una serie de retratos de estatuto que lo hicieron aparecer como un hombre del pueblo, mientras exterminaban implacablemente a la competencia.

Los políticos modernos usan técnicas similares a las inventadas por los gobernantes de antaño, pero en lugar de pintura y mármol, usan tecnología digital. Pero cualquiera que sea la forma final, las personas siguen siendo tan vulnerables como siempre al poder persuasivo del arte. Es en este punto donde el rol del comunicador visual, como productor de ideas con la responsabilidad de generar el impacto deseado tiene singular relevancia. Sin un trabajo creativo innovador, el impacto será poco, con el que sin duda, el resultado político esperado no se alcanzará.






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