Es una serie documental de cinco capítulos emitida por la BBC. Apoyándose en la psicología y la neurología intenta dar una explicación creíble y amena de ciertos fenómenos artísticos y su relación con el mundo en que vivimos.
En "How Art Made The World", el conferenciante de clásicos de la Universidad de Cambridge, Nigel Spivey, habla sobre la historia épica del arte; cómo la mente humana nos hizo artísticos y cómo el arte nos hizo humanos.
La relevancia del documental se basa en la premisa de que vivimos en un mundo saturado de imágenes. Los damos por hecho y difícilmente podemos imaginar un mundo sin ellos. Solo mirar alrededor nos permite identificar logos, anuncios, fotografías, símbolos, video, arte, están en todas partes, influyéndonos para el qué hacer, dónde ir, cómo vestirse, qué comprar y qué pensar. Las nuevas imágenes se capturan y producen a una velocidad facilitada por la tecnología digital, internet, películas y medios impresos. Estas imágenes tienen el poder de informarnos, entretenernos e inspirarnos, o por el contrario, desinformar, rechazar o aterrorizarnos.
Capítulo 1. Más humano que humano
En este capítulo de la serie, se centra en la constante mayoritaria común en las imágenes que nos rodean, el cuerpo humano. El tema principal de este episodio es acerca de cómo las personas rara vez han creado imágenes del cuerpo que sean realistas. Al comprender esto no solo podemos entender algo acerca de nuestros cuerpos, sino también sobre la naturaleza humana en general.
Las imágenes del cuerpo humano llenan nuestras pantallas de televisión, revistas, la publicidad en general, en casi todo momento que estamos despiertos. A través de las diferentes eras de la humanidad, los artistas han estado obsesionados con la forma humana. La gama de cuerpos que han creado es impresionante, pero comparten una cosa en común, ninguna de estas imágenes se asemeja a un ser humano real. Entonces, ¿por qué nuestro mundo moderno está dominado por imágenes del cuerpo que no son realistas?
Los neurocientíficos teorizan que esto tiene algo que ver con el funcionamiento del cerebro humano. En esencia, nuestro cerebro está diseñado para centrarse en partes de objetos con asociaciones agradables. Entonces, si fueras un artista, la tendencia sería reproducir figuras humanas con las partes que más te importaban. Los artistas prehistóricos fueron claramente atrapados en las tendencias de cambio máximo, la creación de estatuas exageradas como la famosa Venus de Willendorf.
Por su parte, los egipcios perfeccionaron una figura humana más estilizada y obsesionada con el orden, solo para que los griegos estallaran y crearan imágenes fantásticamente heroicas, pero totalmente irreales, como los Riace Bronces. Entonces, ¿por qué entonces somos modernos inundados constantemente por imágenes poco realistas del cuerpo?
En realidad, a los humanos en realidad no nos gusta la realidad, preferimos imágenes del cuerpo exageradas, más humanas que humanas. Este es un instinto biológico compartido que parece vincularnos con nuestro antiguo antepasado.
Los seres humanos poseemos un instinto biológico que nos lleva a exagerar aquellos rasgos que nos interesan especialmente. Vista esta Venus parece que a nuestros ancestros prehistóricos les interesaban ciertos elementos muy específicos en el cuerpo de las mujeres. Es un camino que avanza desde la óptica más crudamente biológica de la Venus de Willendof hasta el ideal de belleza que toma cuerpo en el arte griego.
De alguna manera el pretender reflejar la figura humana a un nivel de irrealidad sea por la relevancia de las partes que instintivamente pueden estar fijas en el cerebro primitivo o sea por le pretensión de representar el cuerpo perfecto que incluso anatómicamente es cuasi imposible, es una tendencia que se manifiesta en las imágenes actuales que nos rodean.
Las imágenes perfectas con cuerpos y texturas perfectas (irreales) es la constante. El cuerpo humano como instrumento de publicidad se centra en aquellas partes principalmente de atracción sexual que muchas veces deja de lado otros elementos humanos, Hoy día los habituales estereotipos publicitarios parecen haber vuelto al espíritu de las cavernas de Willendorf.
La Venus de Willendorf, en el Museo de Historia Natural de Viena, es una pequeña figura de Venus que exagera sus senos, caderas y órganos sexuales. Estas exageraciones son claros símbolos de fertilidad, sin embargo, lo que es interesante es cómo el artista ignoró otras partes del cuerpo, como su rostro y sus brazos. Similares figuras de Venus con exageraciones y omisiones similares de las características respectivas han surgido en toda Europa y Rusia, creadas en los siglos siguientes. El profesor Ramachandran explica por qué las características fueron exageradas. Al hacer comparaciones con la investigación realizada con Gaviotín y cómo sus polluelos, que son estimulados por la franja roja en el pico de sus padres, pueden ser estimulados en exceso al simular un pico con rayas adicionales. Sugiere que el mismo proceso neurológico estimuló al hombre primitivo, razón por la cual exageraron estas características de fertilidad sobre las demás.
Avanzando varios miles de años. Los egipcios, que valoraban la coherencia y el orden en su sociedad, abandonaron las exageraciones de sus antepasados y optaron por utilizar un enfoque matemático para crear imágenes del cuerpo. Eligieron mostrar cada parte del cuerpo desde su ángulo más claro, convirtiéndose en su estilo reconocible y conservando este estilo durante miles de años.
Cuando la cultura del griego clásico entró en contacto con los egipcios, esto encendió una revolución artística en las ciudades estado griegas. La cultura griega quería una representación más realista de la figura de sus templos y, como con el Kritios Boy, midieron y reprodujeron el cuerpo en dimensiones exactas en sus esculturas.
Una generación más tarde, sin embargo, los griegos abandonaron este ultra realismo prefiriendo representaciones exageradas del cuerpo basado en las teorías estéticas creadas por Polykleitos como los Bronces de Riace. El Dr. Ramachandram explica que el arte necesita esta exageración para ser interesante.
El programa concluye lo que elegimos exagerar "es donde entra la magia" y la elección de qué exagerar ha cambiado a lo largo de los siglos para adaptarse a los cambiantes valores humanos.


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